La fertilización foliar es el proceso de aplicación de nutrientes minerales, aminoácidos y otras sustancias orgánicas a la hoja de la planta, que mediante absorción total (absorción pasiva y activa), utiliza estos elementos en toda la planta, no limitándose a la terapia local de la hoja. La fertilización foliar no se limita a la aplicación de soluciones nutritivas únicamente al follaje de las plantas, el tratamiento puede extenderse a ramas, esquejes y troncos nuevos y adultos mediante aspersión o cepillado, lo que se denomina fertilización de tallos (MOCELLIN, 2004).
Los fertilizantes foliares pueden compensar la falta de uno o más micro y macronutrientes (especialmente micronutrientes) corrigiendo deficiencias, fortaleciendo cultivos débiles o dañados, aumentando la velocidad y calidad del crecimiento de las plantas (MOCELLIN, 2004).
Algunas características de la fertilización foliar se enumeran a continuación:
Figura 1- Fertilización foliar. Fuente: ILSA
Otra aplicación comúnmente utilizada es la adición de fertilizante nitrogenado a la mezcla de aplicación del herbicida, con el objetivo de aportar el nutriente al cultivo y mejorar las características de la mezcla de aplicación (CARVALHO, 2009).
La absorción es la entrada de un ion o molécula a la parte interna de la planta. Este proceso se facilita cuando la planta tiene sus estomas abiertos, estableciéndose una corriente de transpiración, que “arrastra” los nutrientes pulverizados sobre la superficie de la hoja hacia su interior. Las plantas tienen una amplia red de conductores, que consisten en xilema y floema. Estos tejidos conductores comienzan en las raíces y suben por el tallo hasta las ramas y hojas. La succión que existe en las células conductoras de agua comienza en el proceso de evaporación del agua de las hojas. La pérdida de agua de la hoja es comparable a la succión que se realiza a través de una pajita. Si el vacío o la succión es lo suficientemente fuerte, el agua subirá por la pajita. (MOCELÍN, 2004).
La absorción de nutrientes por las hojas es más efectiva cuando la solución nutritiva se aplica en forma de película delgada, la cual se obtiene a través de sustancias tensioactivas que reducen la tensión superficial (TAIZ; ZEIGER, 2017). Según estos autores, el movimiento de nutrientes hacia el interior de la planta implica difusión a través de la cutícula, absorción por las células de la hoja y absorción a través de la hendidura estomática (REIS, 2021).
Para la penetración foliar de los solutos (Figura 2), deben ocurrir una serie de procesos, como la adhesión a la superficie de la hoja, la cual debe mantenerse durante el tiempo suficiente para que el soluto penetre en la hoja y, de allí, se difunda a través de la cutícula (. REIS, 2021). Posteriormente debe haber desorción desde la cutícula hacia los vasos conductores (floema) para que los nutrientes sean transportados por toda la planta (KIRKWOOD, 1999). Faquin (2005) menciona que luego de atravesar la cutícula, las soluciones penetran en el apoplasto y, posteriormente, cruzan la membrana plasmática, la segunda barrera, para luego llegar al simplato y ser utilizadas o transportadas a otras células u órganos.
Figura 2 – Etapas de la fertilización foliar. Fuente: ILSA.
Además, para que la fertilización foliar sea exitosa se debe evitar dañar las hojas. Un ejemplo sería el momento de la aplicación, donde la aspersión aplicada en un día caluroso puede provocar una evaporación excesiva y acumular sales en la superficie de la hoja, provocando quemaduras o desecación (TAIZ; ZEIGER, 2017). La principal dificultad en la aplicación de macronutrientes vía foliar es la alta cantidad requerida de estos elementos y la posibilidad de influencia negativa sobre las hojas, provocando deshidratación de los tejidos (plasmólisis), comúnmente conocida como quema (CERETA; SILVA; PAVINATO, 2007).
Según Mocellim (2004), entre los factores inherentes a las plantas, que pueden influir en la absorción foliar, se encuentran las características estructurales (como el número de estomas); composición química (espesor de ceras y cutinas) y edad de las hojas (facilitada en hojas más jóvenes). Respecto a los factores externos, está la luz, pues influye en la absorción iónica y la apertura estomática; temperatura ambiente, ya que las altas temperaturas favorecen la evaporación del agua de la solución y pueden provocar la pérdida o quema de las hojas; la humedad atmosférica, que mantiene la cutícula hidratada y favorece una mejor cobertura superficial de la hoja; modos de aplicación y ocurrencia de fuertes vientos, que pueden provocar deriva y pérdidas del fertilizante foliar aplicado (REIS, 2021).
Así, la aplicación foliar es un procedimiento utilizado para satisfacer las necesidades de nutrientes de las plantas, aumentar los rendimientos y mejorar la calidad de la producción, pues también es posible utilizar sustancias orgánicas modernas que estimulan el metabolismo de las plantas y ayudan a superar el estrés abiótico y mejorar la eficiencia de los fertilizantes. utilizado en el sistema de producción
Estos mismos autores reportan que entre las ventajas frecuentemente mencionadas de la fertilización foliar destacan las siguientes:
- En situaciones donde las deficiencias nutricionales sospechadas se diagnostican fácilmente, la respuesta al nutriente aplicado es casi inmediata y, en consecuencia, las deficiencias pueden corregirse durante el ciclo de crecimiento.
- La técnica ha demostrado eficiencia positiva cuando las condiciones de absorción por el sistema radicular son adversas, tales como: condiciones secas, suelo anegado o temperaturas extremas del suelo.
- En la fertilización foliar, es más fácil obtener una distribución uniforme de nutrientes en comparación con la aplicación de productos granulados o mezclas físicas, vía suelo.
- La aplicación foliar es más eficiente en las últimas etapas de crecimiento, cuando hay una asimilación preferencial para la producción de frutos respecto a la aplicación radicular, que es limitada en tiempo y forma.
- Considerando la menor capacidad de absorción de las hojas en relación a las raíces, las dosis aplicadas en fertilización foliar son mucho menores que las utilizadas en aplicaciones al suelo.
Nachtigall y Nava (2010) destacan las desventajas de la fertilización foliar:
- En situaciones de uso de concentraciones excesivas o productos mal formulados se pueden producir quemaduras en hojas o brotes.
- Las aplicaciones deben realizarse en conjunto con otras pulverizaciones para evitar incurrir en mayores costes.
- La fertilización foliar tiene un efecto residual bajo, especialmente para los micronutrientes no móviles, como el boro, lo que lleva a la necesidad de más de una aplicación. Estas aplicaciones frecuentes, en cultivos perennes, pueden provocar una acumulación del nutriente en el suelo, lo que debe tenerse en cuenta a la hora de realizar una aplicación anual, vía suelo.
En un trabajo realizado por Oliveira (2021) se demostró que la fertilización foliar con molibdeno fue capaz de mejorar la fisiología y la productividad de los cultivos de soja y maíz. Esto fue posible gracias a la mejora en la actividad de la enzima Nitrato Reductasa, que a su vez promovió un aumento en los niveles de nitrógeno foliar y la síntesis de proteínas. Además, hubo una mejora en los parámetros fotosintéticos, lo que indica que la fertilización foliar con molibdeno es una estrategia viable no sólo para mejorar el estado nutricional de la planta, sino también una técnica que estimula el metabolismo del carbono.
Ante esto, la fertilización foliar es una práctica de manejo eficiente y de rápida aplicación y tiene como objetivo complementar la fertilización del suelo y mejorar el rendimiento de los cultivos en campo (FERNÁNDEZ et al., 2015). Un adecuado aporte de nutrientes puede favorecer el crecimiento y desarrollo de las plantas, además de mejorar la síntesis de fotoasimilados y, en consecuencia, potenciar el llenado de grano y la productividad de los cultivos (FAGERIA et al., 2009; NAVA et al., 2011; OLIVEIRA et al., 2019).
Fertilizantes foliares ILSA
Como vimos en el texto, la fertilización foliar tiene como objetivo complementar la fertilización del suelo y aportar nutrientes de forma rápida y en situaciones concretas, con el fin de evitar posibles carencias. Los fertilizantes foliares de ILSA combinan la matriz orgánica de GELAMINA® con fuentes minerales de macro y micronutrientes. Vimos en el texto que una de las desventajas de aplicar fertilizantes foliares es el uso de productos mal formulados que pueden causar daños a las hojas y no aportan adecuadamente los nutrientes a las plantas. Para obtener la excelencia en la formulación de sus fertilizantes, ILSA opta por utilizar procesos de formulación que mantengan las características de sustancias nutricionales activas y de alta disponibilidad.
La matriz de GELAMINA® Se obtiene mediante el proceso de hidrólisis enzimática, donde las largas cadenas polipeptídicas de las proteínas son cortadas por la acción del agua y enzimas estereoselectivas seleccionadas, sin la adición de sustancias químicas que puedan reducir la calidad de los productos. Tecnología FCEH® de ILSA permite obtener fertilizantes homogéneos, estables y con alta miscibilidad, aumentando la eficiencia de absorción foliar de nutrientes por parte de las plantas.
En su portafolio, ILSA cuenta con una línea completa de fertilizantes para cubrir las diferentes necesidades y atender todas las situaciones que se presentan en los cultivos.
Referencias:
CARVALHO, SJP Desecación de malezas con herbicida glifosato asociado a fertilizantes nitrogenados. TESIS DE DOCTORADO. Escuela Superior de Agricultura “Luiz de Queiroz”. Piracicaba-SP. 116p. 2009.
CERETTA, CA; SILVA, LS da; PAVINATO, A. Manejo de la fertilización. En: NOVAIS, RF et al. (Ed.). Fertilidad del suelo. Viçosa: SBCS, pág. 851-872. 2007.
FAGERIA, NK; FILHO, MPB; MOREIRA, A.; GUIMARÃES, CMFertilización foliar de plantas de cultivo, Revista de Nutrición Vegetal, v. 32, núm. 6, pág. 1044-1064,2009.
FAQUIN, V. Nutrición Mineral de las Plantas. Universidad Federal de Lavras – Fundación UFLA de Apoyo a la Enseñanza, la Investigación y la Extensión – FAEPE Lavras – MG. 2005.
FERNÁNDEZ, V.; SOTIROPOULOS, T.; MARRÓN, P.; RODELLA, AA Fertilización foliar: fundamentos científicos y técnicas de campo. 150p. 2015.
KIRKWOOD, RC Avances recientes en nuestra comprensión de la cutícula de las plantas como una barrera para la absorción foliar de pesticidas. Ciencia de los pesticidas, v.51, n. 1, pág. 69-77, 1999.
MOCELLÍN, Ricardo SP. Principios de la fertilización foliar. Canoas: Omega Fertilizantes Ltda, 2004.
NACHTIGALL, Gilmar R.; NAVA, Gilberto. Fertilización foliar: hechos y mitos. 2010.
NAVA, IA; GONÇALVES-JÚNIOR, AC; VALDIR, LGVL; NACKE, H.; SCHWANTES, D. Efecto agroeconómico de fertilizantes formulados que contienen zinc de diferentes marcas comerciales sobre el cultivo de soja en un Oxisol Rojo. Scientia Agraria Paranaensis, v. 10, núm. 3, pág. 32-34, 2011.
OLIVEIRA, SM; JÚNIOR, CP; LAGO, Columbia Británica; ALMEIDA, REM; TRIVELIN, PCO; FAVARINI, JL Rendimiento de grano, eficiencia y asignación de N foliar aplicado al dosel de soja. Scientia Agricola en línea, v. 76, núm. 4, pág. 305-310, 2019.
OLIVEIRA, Sirlene Lopes de. La fertilización foliar con molibdeno mejora el metabolismo fotosintético y aumenta la productividad de la soja y el maíz. Facultad de Ciencias Agrícolas de la UNESP, Campus Botucatu. 2021.
REIS, Lucas Inocêncio Pinto dos. Fertilización foliar con nitrógeno en la producción de pastos: revisión de la literatura. Universidad Federal de Tocantins. 2021.
TAÍZ, L.; ZEIGER, E. Fisiología vegetal. 6ª edición. Porto Alegre: Artmed. 848p. 2017.
Autores
Ing. Agr. Dra. Angélica Schmitz Heinzen
Ing. Agr. Maestría en Ciencias. Thiago Stella de Freitas