EL carbón (C) es esencial para la vida en el planeta, ya que este elemento forma parte de la estructura de todas las moléculas orgánicas, y participa en diversas actividades metabólicas. Los cuatro principales compartimentos del C en la Tierra son: océanos, atmósfera, formaciones geológicas que contienen carbono fósil y mineral y ecosistemas terrestres (biota + suelo) (MACHADO, 2005), constituyendo un ciclo con muchas reacciones involucradas.
Según Machado (2005), el compartimento de carbono del suelo es el más grande de los ecosistemas terrestres (aproximadamente 4 veces el compartimento de C de la vegetación y 3,3 veces el C de la atmósfera) y está formado por carbono orgánico y mineral. También según este autor, el C orgánico representa el equilibrio entre el añadido al suelo por la vegetación y el perdido en las aguas profundas y, finalmente, en los océanos por lixiviación como C orgánico disuelto o en la atmósfera por actividad microbiana como dióxido de carbono. carbono (CO2).
El ciclo del C en el suelo es bastante complejo, pues, al mismo tiempo que degradan los carbohidratos complejos, los microorganismos sintetizan cuerpos del mismo tipo y sus demás constituyentes celulares, dificultando la separación de los compuestos intermedios de degradación de los de síntesis ( PULRÓLNIK, 2009). Las transformaciones de C en el suelo comprenden dos fases distintas: la fase de fijación de C-CO2 atmosférico; y la fase de regeneración, que se describe a continuación.
Fase de fijación
Según Pulrolnik (2009), la fase de fijación de C-CO2 La actividad atmosférica se realiza a través de organismos fotosintéticos, donde se produce la síntesis de compuestos hidrocarbonados como almidones, celulosas y hemicelulosas, ligninas, proteínas, ácidos nucleicos, entre otros. Aún según este autor, cuando regresan al suelo, son utilizados por organismos que regeneran C-CO2, durante el proceso de oxidación respiratoria, utilizando esta energía para mantener el metabolismo.
Fase de regeneración
Esta fase, como lo menciona Pulrolnik (2009), comprende las etapas de descomposición de sustancias carbonosas mediante la acción de la microbiota del suelo. Los microorganismos tienen una actividad esencial en el ciclo del C, ya que utilizan residuos vegetales como fuentes de energía, además de obtener sustrato de carbono para la síntesis de nuevas células. Para Wagner y Wolf (1999) (citado por PULROLNIK, 2009), de esta forma, el producto final producido por la microbiota del suelo es CO2, liberado a la atmósfera.
Factores que influyen en la dinámica del carbono del suelo.
Mantener los residuos vegetales en la superficie del suelo y reducir su alteración se identifican como formas de aumentar el almacenamiento de carbono en el suelo (SALTON et al., 2011). Evaluación del potencial de los cultivos de cobertura para acumular carbono y nitrógeno en el suelo en siembra directa y mejora de la calidad ambiental, Amado et al. (2001), concluyen que la siembra directa asociada al uso de cultivos de cobertura demuestra el potencial de recuperar el contenido de MO y, en consecuencia, secuestrar carbono en el suelo y contribuir a mitigar el efecto invernadero.
Los sistemas de labranza convencionales con alteración del suelo mediante rastra muestran una disminución significativa en las existencias de materia orgánica del suelo (MOS), en comparación con siembra directa (PD) (LEITE et al., 2010; TEIXEIRA et al., 2010; citado por SALTON et al, 2011). Según Amado et al. (2001), la inclusión de leguminosas en los sistemas alimentarios rotación de cultivos Es una estrategia que debe ser evaluada en relación a su efecto sobre las reservas de materia orgánica del suelo. Es probable que el aumento de la productividad de los cultivos comerciales en sucesión a las leguminosas conduzca también a un aumento de la adición al suelo de residuos no cosechados, favoreciendo la acumulación de materia orgánica y el secuestro de CO.2 (AMADO et al., 1998; BAYER et al., 2000, citado por AMADO et al., 2001).
Como lo sugieren D'Andréa et al. (2006), citado por Primieri et al. (2017), la actividad de la biomasa microbiana del suelo refleja el sistema de uso de la tierra empleado en el sitio y puede aumentar o disminuir las concentraciones de carbono en el suelo, como ya se menciona en los textos sobre Importancia de la calidad biológica del suelo.
Entonces, ¿cómo mantener el carbono presente y activo en el suelo?
Es importante enfatizar que el sistema de manejo adoptado, así como los productos utilizados en la agricultura, son factores determinantes para la salud del suelo y el mantenimiento del carbono. Amado et al. (2001), afirman que existe una relación entre las reservas de carbono (C) y nitrógeno (N) en el suelo y que, por esta razón, para obtener una mayor eficiencia en el secuestro de C en el suelo, es necesario realizar adiciones periódicas de N. En este caso, los fertilizantes que tienen una liberación gradual de N son una excelente opción.
EL Azoslow es un fertilizante nitrogenado organomineral peletizado, de liberación gradual, procedente de AZOGEL en asociación con nitrógeno soluble de la urea. Entre los múltiples beneficios, este fertilizante tiene una alta concentración de carbono en su composición (20%), siendo altamente eficaz para aumentar la productividad. Además, tiene una distribución uniforme, con menores pérdidas por lixiviación, debido a que el nitrógeno permanece asimilable durante más tiempo, permitiendo la máxima expresión del potencial genético del cultivo. También estimula el desarrollo microbiano y la vida del suelo, teniendo un bajo impacto ambiental. También existe la posibilidad de reducir el número de operaciones de fertilización, lo que reduce los costos operativos y laborales.
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Referencias bibliográficas
AMADO, TJC; FERNANDES, SBV & MIELNICZUK, J. La disponibilidad de nitrógeno afectada por diez años de cultivos de cobertura y sistemas de labranza en el sur de Brasil. J. Conservación del agua del suelo., v. 53, páginas 268-272, 1998.
AMADO, TJC et al. Potencial de los cultivos de cobertura para acumular carbono y nitrógeno en el suelo en siembra directa y mejorar la calidad ambiental. Revista Brasileña de Ciencias del Suelo, v. 25, págs.189-197, 2001.
BAYER, C.; MIELNICZUK, J.; AMADO, TJC; MARTIN-NETO, L. & FERNANDES, SV Almacenamiento de materia orgánica en un Acrisol franco arcilloso arenoso afectado por sistemas de labranza y cultivo en el sur de Brasil. suelo hasta. Res., v. 54, págs.101-109, 2000.
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Autores
- Ing. Agr. Maestría en Ciencias. Aline Tramontini dos Santos
- Ing. Agr. Ana Elisa Velho
- Ing. Agr. Maestría en Ciencias. Thiago Stella de Freitas
Foto
- Ing. Agr. Ana Elisa Velho